SEVILLA 5.7.2020 / Jose Manuel García Bautista
Guillermo I de Inglaterra (1027-1087) también tiene en torno a sí una curiosa historia. Fue durante su funeral que se ofició en la iglesia de San Esteban en Caen (Francia).
Allí encontró la muerte de forma fortuita y los canónigos pretendieron encajar al difunto en un ataúd un tanto estrecho… Llevaba ya días descomponiéndose el cuerpo cuando en una acción de empuje el estómago del rey estalló liberando un insoportable olor… Pero por fin encajó…
En 1562 se profanó su tumba llevándose el cuerpo excepto el fémur. Se enterró esta parte con honores hasta que durante la revolución Francesa se volvió a profanar su tumba y se perdieron totalmente los restos del monarca… Quizás entonces descansó en paz.
La gloria del Cid
El Cid campeador (1043-1099) fue otro de esos personajes que pasó a la Historia de España por méritos propios… Se llamaba Rodrigo Díaz de Vivar y murió el 10 de Julio de 1099 en Valencia.
Su cuerpo fue embalsamado y montado sobre su caballo “Babieca”, lo ubicaron en vanguardia de sus tropas y los musulmanes al verlo huyeron despavoridos, las tropas se crecieron y lucharon junto al Cid en la última batalla que ganó tras su muerte…
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