SEVILLA 20.2.2021 / Jose Manuel García Bautista
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Según nos cuenta la Historia del hombre, América fue poblada por el hombre hace 11000 años cuando las primeras tribus cruzaron el Estrecho de Bering, por una especie de puente practicable natural que vio la luz con la última glaciación.
Sin embargo esta verdad aceptada podría tratarse de una gran mentira, de una conspiración, si se encontraran restos de homínidos en América anteriores a la fecha oficialmente dada…
“La vida surgió en África, no en América”, repiten una y otra vez nuestros antropólogos mientras niegan cualquier vestigio en otras zonas del mundo. En África surgió el Australopithecus primero para posteriormente surgir el Homo Erectus y después del Homo Sapiens… Parece que lejos de estos no hay más formas de vida… Sin embargo surge la primera discrepancia: ¿Y el Hombre de Neanderthal? La Ciencia lo explica como una evolución… Así el Sapiens habría surgido en varios puntos a raíz de ese desplazamiento hacía otras zonas habitables.
Y la Ciencia va más allá: el Australopithecus y el Homo Erectus jamás pisaron América.
Pero surgen los problemas ante la sinrazón científica: en Brasil, en la región de Lagoa Santa, el investigador belga Peter Wilhem Lund, descubrió varios cráneos petrificados correspondientes a homínidos, con grandes arcos superciliares y baja capacidad craneal. Eran seres robustos, fuertes, de escasos 1´20 metros de altura, simiescos… Y con todos esos datos Lund llegó a la conclusión que estaba ante una especie prehumana con una evolución americana.
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Pero en la fecha su hallazgo no llegó más lejos pues no se había descubierto aún restos de otros homínidos anteriores al hombre dentro del proceso evolutivo.
Pero su hallazgo no caería en saco roto pues otros investigadores comenzaron a datar las muestras. Se llegó a la conclusión que tenían entre 100000 y 500000 años, así pues la teoría del paso del hombre a América por el Estrecho de Bering quedaba en entredicho.
Se les llamó Antropopithecus Brasiliensis, eran similares al Homo Erectus pero en un proceso evolutivo por detrás del Homo Sapiens, sería su evolución. Pero la Ciencia no aceptó al “Hombre Simio de Brasil”.
Paul Rivet, a mediados del siglo XX estimó que algunos pobladores de Asia en su especie de Homo Erectus alcanzaron el continente americano y allí acabaron su evolución en Homo Sapiens.
En 1971 Annete Laming-Empereire descubrió nuevos fósiles en Brasil… La Ciencia volvía a convulsionarse. Era un vestigio de una mujer de veinte años y 1´50 metros de altura, las investigaciones dijeron: “no es nativa americana”. Y la prematura muerte de Annete Laming-Empereire truncó un mayor estudio de esos restos hasta que en 1995 el antropólogo Walter Neves, de la Universidad de Sao Paulo, estudió aquellos restos, la llamó “Luzia” con claras analogía a los restos de “Lucy” en África, un Australopithecus hallada en el continente negro y que es considerado como el ancestros más antiguo del hombre. Con una edad de 3000000 de años (Hoy se han datado restos de hasta 7000000 de años).
Así comenzó a bucear en el pasado de “Luzia” y halló que: “no cabe ninguna duda que los restos de los primeros sudamericanos tenían una marcada afinidad con los africanos y australianos, y no presentan ningún parecido con los actuales mongoloides asiáticos ni con los indios americanos”.
Además se llegó a la conclusión que “Luzia” no llegó a Brasil por el Estrecho de Bering sino que siguió su propia evolución junto con la de esta especie. Tenía alrededor de 10000 años de antigüedad y su cuna era una especie que habitaba Brasil con una edad de entre 100000 y 500000 años, eran los fósiles de Lund del Lagoa Santa.
Si eso era así quedaba definitivamente demostrado que el hombre, el Homo Sapiens, no entró por el Estrecho de Bering en América y sí que tuvo su propia evolución, probablemente llegado al continente “descubierto” por Colón hace más de 10000 años desde un punto desconocido del continente australiano. Los ancestros de “Luzia” debían haber sido originarios de África (¡) llegados por mar (¿) o eran originarios de la propia América, autóctonos… Y eso desestabilizaba a la Ciencia…
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