9 de julio de 2019.-
La noticia de extranjería de hoy es que las ONGs de rescate de seres humanos del Mediterráneo están haciendo algo tan elemental como poner por encima de la obediencia a los gobiernos la obligación de salvar vidas humanas en peligro o de respetar la dignidad de otras salvadas.
El Sea Watcha ha puesto rumbo a un puerto italiano, desafiando la prohibición de Salvini, y el Open Arms hacia aguas libias, desafiando la prohibición del gobierno español.
Dichas prohibiciones, pretendidamente justificadas desde la autoridad de gobiernos democráticos, son, sin embargo, no sólo contrarias radicalmente a la legalidad internacional y al derecho del mar, que obliga al salvamento de náufragos como prioridad absoluta, sino que resultan desde un punto de vista ético y humanitario de un maquiavelismo repugnante, que si bien en el caso de Salvini ya no sorprende a nadie, en el caso del gobierno español — el mismo que abrió sus puertas al Aquarius hace un año – indigna doblemente por su incoherencia y por su debilidad para enfrentarse a los planteamientos de la ultraderecha a la que dice combatir.
Esas prohibiciones son las que colocan en franca rebeldía con el Derecho a esos gobiernos, a los que resulta no sólo legítimo, sino obligado, desobedecer.
El juego de los gobiernos sólo se entiende desde la prepotencia de su posición y desde un abuso de posición ante un poder judicial que deviene inoperante, o intolerablemente tardío, para actuar en situaciones así, precisamente por la falta de dotación de medios legales y materiales a que les condenan los gobiernos, en una curiosa perversión de la separación de poderes.
Como abogados especialistas en Derecho de Extranjería queremos expresar nuestro más firme apoyo a esta supuesta rebeldía – que no lo es, sino cumplimiento de los derechos por encima de quienes en franca rebeldía desobedecen el derecho internacional y humanitario – convencidos de que su causa tendrá buen fin y que los Tribunales de Derechos Humanos terminarán por darles la razón.
Francisco Solans Puyuelo
Vicepresidente y Portavoz de la Asociación de Abogados Extranjeristas.